| tarkus | Fecha: Martes, 22-05-2012, 8:41 PM | Mensaje # 1 |
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| El secreto de la adicción que provoca el airsoft está en que nos despierta nuestro instinto básico de supervivencia. Ante la posibilidad de sufrir el impacto de una bolita que vuela a 110 Km/h nuestro organismo suministra al torrente sanguíneo una ración extra de una sustancia llamada adrenalina, animando al corazón a elevar su ritmo ante un eventual estado de riesgo. Esto provoca transpiración, nerviosismo, sed, excitación y otra serie de reacciones que no se sienten normalmente en nuestra vida cotidiana, (a no ser que seas trapecista de un circo).
Alcanzado dicho estado de excitación, da igual si te eliminan o eliminas, lógicamente preferiremos lo primero, pero esa preferencia no debe ir más allá del deseo personal de superación.
Bueno, pues para algunos jugadores su único objetivo en esta vida no es casarse y tener hijos o acabar una carrera universitaria o terminar de pagar la hipoteca del piso, sino eliminar al que sea al precio que sea, usando toda clase de artimañas y trampas que pueda, pero eliminar. Sus súbditos o esbirros que le siguen le imitan y forman un frente común para defender sus intereses ante árbitros o jueces de partida. Las reglas del airsoft no están hechas para alcanzar sus objetivos que no es otros que “matar”.
Si alguien les llama la atención, ya se ha liado la bronca. Si alguien le discute sobre una acción poco ortodoxa, ya se ha liado la bronca. Son como gallitos en un corral.
Ante una peña de esta calaña lo mejor es recoger los bártulos y marcharse a casa. Yo les pido a este tipo de jugador que por favor se pase al Paint-ball.
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