Tres historias
-
Algo pasa, ¿no? - Pregunto.
La primera en
contestar es Isabel:
-
¡No, todo va bien!
-
No, no soy tonta; ya me lo dijo antes Tarkus, que la operación se había
complicado, pero…..decidme la verdad, estoy con vosotros en esto y lo sepa o no
voy a seguir hasta el final.
-
Está bien, está bien. - Dice Tarkus
- Es lógico que estemos
preocupados, deberíamos de haber salido ya de aquí, cuando la cosa se tuerce
casi siempre tenemos muchos problemas para acabar la misión. En Chechenia, el
año pasado, estuvimos atrapados en la nieve y con un ejercito de guerrilleros
pisándonos los talones once días. Al final salimos por nuestros medios
mezclados entre refugiados. Perdimos todo el equipo y las armas, pero cumplimos
los objetivos.
-
¿Recuerdas en la embajada de Sierra Leona?
- Dice Súper López - Por
la noche salíamos y les robábamos la comida al comandante de las tropas que nos
asediaban. Un mes soportamos la presión del gobierno de allí. Nos invadieron
las pulgas y nos rascábamos como monos.
-
Si, conseguimos sacar mucha gente de allí con vida, aunque casi no nos
quedaba ya sangre por culpa de aquellos bichos
- Dice Supertruji.
-
Lleváis, por lo que veo, una vida muy ajetreada. -
Les pregunto.
-
Eso depende de lo revuelto que esté el mundo, que, como sabes, está lleno
de locos. - Me contesta Súper López.
-
No tendríamos que salir tanto, me refiero a que la humanidad debería sentar
un poco la cabeza. Cuando salimos vemos muy mala leche por todos lados, hay
mucho cabroncete suelto y campeando a sus anchas sin que nadie le pare los
pies. - Asevera Tarkus.
-
Si hija, don dinero que lo puede todo. Algunos son capaces por ganar dinero
de vender a su madre. En este jodido mundo todo lo que se puede vender se vende
sea lo que sea, todo tiene un precio.
- Me dice Supertruji mirándome
por encima de sus gafas. Mira a tarkus y le pregunta:
-
Tarkus, ¿te acuerdas de Vasili Dusinoff?, el traficante de mujeres
ucraniano aquel que pillamos cerca de Tallin.
-
¿Traficante de mujeres?. - Les pregunto.
-
Si, me acuerdo…….Que hijo de puta. Asaltamos su casa, que en realidad era una fortaleza, doce hombres de negro nos
colamos delante de sus narices en silencio y eliminamos a más de cincuenta
hombres que custodiaban la casa. No se enteraron de nada, cayeron como moscas.
En el sótano encontramos dieciséis mujeres, bueno…., yo diría niñas, no
pasarían de los dieciocho años, atadas a una larga cadena que atravesaba la
sala. Aterrorizadas, violadas, apaleadas, desnudas y sucias….sus caras de
terror no se me olvidan…….fue horroroso encontrarlas, casi llorábamos mas que
ellas. Subí encendido como una antorcha con la pistola sig sauer montada hasta
el último piso y derribé la puerta, la sangre me ardía en las venas. Allí
estaba el cabrón de Vasili, en un jacuzzi con cuatro chicas de no más de quince
años, una copa de champán en una mano y un gran puro en la otra. Les dije a las
chicas que se largaran y me dejaran a solas con el. Le advertí que venia a por
él para entregarlo a
Tarkus se quedó
en silencio, mirando al suelo. Yo quería
saber como terminaba la historia y le pregunté:
-
Bien y…¿Qué pasó?
-
Lo eliminé…. allí mismo. No debería haberlo hecho, mi misión de entregarlo
a
-
No te martirices, hiciste lo mejor, ese tío hubiera dado con alguien a
quien comprar igual que intentó hacer contigo, ya telo dijo. - Le
responde Supertruji.
-
Ya lo sé, pero me horroriza pensar
que algún día me dé por repartir justicia de este modo, la contradicción de la
realidad, es justo e injusto a la vez. Fue posiblemente lo mejor que he hecho
desde que me dedico a esto, pero no soy quien para impartir justicia de este
modo; no cumplimos la misión.
-
Es difícil no dejarse llevar por la presión del momento -
Dice Súper López - Recuerdo que en Sierra Leona, cuando
entramos en el palacio presidencial me vi en una situación muy embarazosa
también.
-
Ah, lo de los niños armados ¿verdad?
- Recuerda Supertruji.
-
Así es, subimos al primer piso del palacio por unas cuerdas y al entrar de
golpe en una sala me encuentro a seis niños, de no más de doce años,
armados de fusiles AK 47 que están
sentados en unas cajas de madera alrededor de un pequeño bidón donde ardía un
fuego. Al tocar el suelo dentro de la sala les encañono con mi fusil G36 y
ellos hacen lo mismo conmigo. El corazón se me paró. ¡SON NIÑOS!, ¿Qué
hago?....... Me quedé mirándolos sin poder hacer nada y ellos estaban cagados
de miedo pero no dejaban de apuntarme con sus armas automáticas. Intenté
serenarme, no podía dispararles y se me ocurrió distraerlos y sacarles de
aquella situación. Me empecé a quitar el pasamontañas muy despacio y al final
tiré de él a la vez que decía "hop”. Les sonreí, pero ellos ni se movieron.
Entonces me metí muy despacio la mano en uno de los bolsillos de mi chaqueta y
saqué el móvil, busqué una canción de los Lunis que llevo de cuando mis niños
eran pequeños y pulsé el "play”. Cuando la música sonó, me puse a bailar como
un pato mareado dando vueltas, después le di el móvil a uno de ellos y seguí
bailando alrededor. Ellos se agruparon alrededor del que tenía el teléfono, se
relajaron y empezaron a reírse. Les repartí un paquete de chicles y algunas
barritas energéticas mientras no dejaba de reírme y hacerles payasadas. Al
final les quité los fusiles y los acaricié y abracé como si fuesen mis hijos.
Me saquearon los bolsillos y me quitaron todo lo que llevaba encima riéndose y
dándome palmaditas en agradecimiento. Les hice señas para que comprendieran que
no quería hacerles daño y que me siguieran si querían mas comida. Los saque de
allí……. Eran soldados, pero también eran niños…….Creo que no se puede ser las
dos cosas a la vez, es una aberración obligarles a ello, esos niños estaban
perdiendo los mejores años de sus vidas por culpa de unos hijos de puta
explotadores dictadores. A veces odio este trabajo, porque me causan pesadillas
y no me dejan dormir. Estos chicos están ahora en un instituto preparando su
futuro.
Sus historias y
su actitud ante lo que están contando me hacen llorar. No es ni más ni menos
que lo que pasa a diario en el mundo y lo vemos por televisión pero no hacemos
nada porque no nos afecta directamente, no nos atañe, no nos queremos preocupar
por problemas ajenos. La gente va a lo suyo y muy pocos se preocupan de ayudar
a quien lo necesita. Esta experiencia me está abriendo los ojos a la realidad
del mundo, a la cruda realidad, pero ni siquiera ellos pueden hacer gran
cosa.
Esta gente hace
el esfuerzo titánico por mejorar este planeta y al final es una gota de agua en
un gran estanque. Es una guerra perdida y ellos lo saben, pero no por ello
cejan en su empeño, con la esperanza que llegue el momento en que cambien los
tiempos, cambie la actitud del hombre, de los gobiernos, de esta sociedad, de
la humanidad….
Pienso que es
una utopía.
Mientras siguen taciturnos, con las miradas
bajas, Supertruji me cuenta otra historia sobre una misión que realizaron en
Colombia:
-
Recuerdo, Sophie, una ocasión en que tuve la oportunidad de hablar con un
jefe de un cartel colombiano y decirle a la cara algunas cosas que nadie había
sido capaz de decirle antes, la ocasión que dice Tarkus de tener en tus manos
la oportunidad de oro y no desperdiciarla. Organizamos una operación…..¿Como se
llamaba?
-
Operación nieve - Responde Tarkus.
-
Es verdad, por lo de la coca sería. Total, yo tenia que hacerme pasar por
un capo de la mafia europea y llegar a un acuerdo con el jefe del cartel de los
Monte. Se llamaba Alfredo Monte y dominaba todo el mercado destinado a Europa.
Nuestra misión consistía en montar una reunión con este tipo y detenerlo allí
mismo. Bueno, hubo que trabajar durante casi dos años en crear una organización
ficticia con contactos con otros cárteles, como el de Medellín, que controlaba
el mercado norteamericano del este vía Miami o el mejicano que controlaba el
mercado occidental americano. Se crearon bases de datos para
-
¿A cuantos hemos quitado ya de circulación? – Pregunta Súper López.
-
Ya he perdido la cuenta - Le responde Tarkus.
-
Pero es como una plaga, eliminas a uno y salen dos, nunca se acaba. – Contesta Supertruji.
Se acerca Kiko
con una servilleta sobre su antebrazo portando un plato de plástico con unos
dados de tortilla de patatas y unas lonchas de queso, diciendo:
-
Gentileza de la casa, jefe.
-
¿Y esto, de donde ha salido? - Responde Tarkus.
-
No sabes la de cosas que se encuentra uno en las mochilas de Chani y Dani,
je je je.
Todos reímos y
saboreamos los canapés improvisados, a los que se le añaden galletas, barritas
energéticas, chocolatinas y varios bricks de zumo. Kiko afirma que hay
suministros para un par de días más. Espero que esto no dure tanto.
Isabel me trae
una manta térmica para que me resguarde de la humedad de aquella caverna, es
todo atenciones conmigo, no sé como en una sola mujer se puede aglutinar tantos
caracteres, delicada, simpática y a la vez arrojada y decidida. Su aspecto,
siempre sonriendo contrasta con su cara pintada de verde y negro del
mimetizaje.
Llegan varios
hombres, creo que son los hermanos de
-
La cosa esta difícil, jefe.
-
¿habéis visto la frontera Fusaca?.
-
Si, está a unos tres kilómetros de aquí, pero está muy vigilada, cerco
electrificado, patrullas, focos, perros, etc.; imposible traspasar sin llamar
la atención.
-
Joder….. - Tarkus se rasca el mentón mientras piensa,
los demás guardan silencio a su alrededor. Al final se decide y dice:
-
Haber, vamos a desplegar el mapa e idear un plan para distraerlos un poco
mientras salimos de aquí.
Sobre una gran
losa despliegan un plano y se acercan casi todos a verlo, Tarkus busca con el
dedo algo sobre las líneas y cuchichea con Súper López algo que no llego a
entender, después dice:
-
Bien, la frontera está descartada, demasiado jaleo se ha armado y estará
bien vigilada, pero hemos de hacerles creer que vamos a cruzarla, así que el
SAA se va a quedar aquí a recuperar el resuello y tu Warlord, prepara a los
tuyos para armar mas jaleo, quiero que dé la sensación que queremos atravesar
la frontera, ya sabes, volar los puestos, abrir una brecha en algún punto, etc.
Habla con Orlak y que te explique como está la zona, no arriesguéis mas de lo
necesario. Vamos a esperar unas horas haber si tenemos noticias de la sección
DELTA y vuelven de su misión.