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Capitulo Cuarto

                                                     Tres historias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-         Algo pasa, ¿no?   -  Pregunto.

   La primera en contestar es Isabel:

-         ¡No, todo va bien!

-         No, no soy tonta; ya me lo dijo antes Tarkus, que la operación se había complicado, pero…..decidme la verdad, estoy con vosotros en esto y lo sepa o no voy a seguir hasta el final.

-         Está bien, está bien.   -  Dice Tarkus  -   Es lógico que estemos preocupados, deberíamos de haber salido ya de aquí, cuando la cosa se tuerce casi siempre tenemos muchos problemas para acabar la misión. En Chechenia, el año pasado, estuvimos atrapados en la nieve y con un ejercito de guerrilleros pisándonos los talones once días. Al final salimos por nuestros medios mezclados entre refugiados. Perdimos todo el equipo y las armas, pero cumplimos los objetivos.

-         ¿Recuerdas en la embajada de Sierra Leona?   -   Dice Súper López   -  Por la noche salíamos y les robábamos la comida al comandante de las tropas que nos asediaban. Un mes soportamos la presión del gobierno de allí. Nos invadieron las pulgas y nos rascábamos como monos.

-         Si, conseguimos sacar mucha gente de allí con vida, aunque casi no nos quedaba ya sangre por culpa de aquellos bichos   -   Dice Supertruji.

-         Lleváis, por lo que veo, una vida muy ajetreada.   -   Les pregunto.

-         Eso depende de lo revuelto que esté el mundo, que, como sabes, está lleno de locos.   -   Me contesta Súper López.

-         No tendríamos que salir tanto, me refiero a que la humanidad debería sentar un poco la cabeza. Cuando salimos vemos muy mala leche por todos lados, hay mucho cabroncete suelto y campeando a sus anchas sin que nadie le pare los pies.   -   Asevera Tarkus.

-         Si hija, don dinero que lo puede todo. Algunos son capaces por ganar dinero de vender a su madre. En este jodido mundo todo lo que se puede vender se vende sea lo que sea, todo tiene un precio.   -   Me dice Supertruji mirándome por encima de sus gafas. Mira a tarkus y le pregunta:

-         Tarkus, ¿te acuerdas de Vasili Dusinoff?, el traficante de mujeres ucraniano aquel que pillamos cerca de Tallin.

-         ¿Traficante de mujeres?.   -   Les pregunto.

-         Si, me acuerdo…….Que hijo de puta. Asaltamos su casa, que en realidad  era una fortaleza, doce hombres de negro nos colamos delante de sus narices en silencio y eliminamos a más de cincuenta hombres que custodiaban la casa. No se enteraron de nada, cayeron como moscas. En el sótano encontramos dieciséis mujeres, bueno…., yo diría niñas, no pasarían de los dieciocho años, atadas a una larga cadena que atravesaba la sala. Aterrorizadas, violadas, apaleadas, desnudas y sucias….sus caras de terror no se me olvidan…….fue horroroso encontrarlas, casi llorábamos mas que ellas. Subí encendido como una antorcha con la pistola sig sauer montada hasta el último piso y derribé la puerta, la sangre me ardía en las venas. Allí estaba el cabrón de Vasili, en un jacuzzi con cuatro chicas de no más de quince años, una copa de champán en una mano y un gran puro en la otra. Les dije a las chicas que se largaran y me dejaran a solas con el. Le advertí que venia a por él para entregarlo a la INTERPOL. No se inmutó el tío, como si fuese una broma. Me contestó que no había que hacer un drama de aquello, que era muy bueno al haber burlado su guardia, que cuanto me habían pagado por aquella operación, que todos tenemos un precio y que quería hacer un trato conmigo. "siéntate y relájate”, me dijo "¿Cuánto te han pagado amigo?, yo te lo doblo y nos olvidamos de todo, venga colega tomate una copa y haz entrar a las chicas otra vez, quédate conmigo y trabaja para mi, el mundo es para los mas fuertes y listos, juntos podemos hacernos de oro y dominar el mercado, o….crees que vas a salvar al mundo entregándome a los maderos, si tu me entregas, mañana encontraré a quien comprar y dentro de nada estaré en la calle, disfrutando de los placeres que ahora te ofrezco, necesito confiar en gente como tu”…….

   Tarkus se quedó en silencio, mirando al suelo.  Yo quería saber como terminaba la historia y le pregunté:

-         Bien y…¿Qué pasó?

-         Lo eliminé…. allí mismo. No debería haberlo hecho, mi misión de entregarlo a la INTERPOL, pero no pude evitarlo, falté a mi compromiso, pero lo hice y lo grave es que estoy seguro que volvería a hacerlo.

-         No te martirices, hiciste lo mejor, ese tío hubiera dado con alguien a quien comprar igual que intentó hacer contigo, ya telo dijo.   -   Le responde Supertruji.

-          Ya lo sé, pero me horroriza pensar que algún día me dé por repartir justicia de este modo, la contradicción de la realidad, es justo e injusto a la vez. Fue posiblemente lo mejor que he hecho desde que me dedico a esto, pero no soy quien para impartir justicia de este modo; no cumplimos la misión.

-         Es difícil no dejarse llevar por la presión del momento   -   Dice Súper López   -   Recuerdo que en Sierra Leona, cuando entramos en el palacio presidencial me vi en una situación muy embarazosa también.

-         Ah, lo de los niños armados ¿verdad?   -   Recuerda Supertruji.

-         Así es, subimos al primer piso del palacio por unas cuerdas y al entrar de golpe en una sala me encuentro a seis niños, de no más de doce años, armados  de fusiles AK 47 que están sentados en unas cajas de madera alrededor de un pequeño bidón donde ardía un fuego. Al tocar el suelo dentro de la sala les encañono con mi fusil G36 y ellos hacen lo mismo conmigo. El corazón se me paró. ¡SON NIÑOS!, ¿Qué hago?....... Me quedé mirándolos sin poder hacer nada y ellos estaban cagados de miedo pero no dejaban de apuntarme con sus armas automáticas. Intenté serenarme, no podía dispararles y se me ocurrió distraerlos y sacarles de aquella situación. Me empecé a quitar el pasamontañas muy despacio y al final tiré de él a la vez que decía "hop”. Les sonreí, pero ellos ni se movieron. Entonces me metí muy despacio la mano en uno de los bolsillos de mi chaqueta y saqué el móvil, busqué una canción de los Lunis que llevo de cuando mis niños eran pequeños y pulsé el "play”. Cuando la música sonó, me puse a bailar como un pato mareado dando vueltas, después le di el móvil a uno de ellos y seguí bailando alrededor. Ellos se agruparon alrededor del que tenía el teléfono, se relajaron y empezaron a reírse. Les repartí un paquete de chicles y algunas barritas energéticas mientras no dejaba de reírme y hacerles payasadas. Al final les quité los fusiles y los acaricié y abracé como si fuesen mis hijos. Me saquearon los bolsillos y me quitaron todo lo que llevaba encima riéndose y dándome palmaditas en agradecimiento. Les hice señas para que comprendieran que no quería hacerles daño y que me siguieran si querían mas comida. Los saque de allí……. Eran soldados, pero también eran niños…….Creo que no se puede ser las dos cosas a la vez, es una aberración obligarles a ello, esos niños estaban perdiendo los mejores años de sus vidas por culpa de unos hijos de puta explotadores dictadores. A veces odio este trabajo, porque me causan pesadillas y no me dejan dormir. Estos chicos están ahora en un instituto preparando su futuro.

   Sus historias y su actitud ante lo que están contando me hacen llorar. No es ni más ni menos que lo que pasa a diario en el mundo y lo vemos por televisión pero no hacemos nada porque no nos afecta directamente, no nos atañe, no nos queremos preocupar por problemas ajenos. La gente va a lo suyo y muy pocos se preocupan de ayudar a quien lo necesita. Esta experiencia me está abriendo los ojos a la realidad del mundo, a la cruda realidad, pero ni siquiera ellos pueden hacer gran cosa. 

   Esta gente hace el esfuerzo titánico por mejorar este planeta y al final es una gota de agua en un gran estanque. Es una guerra perdida y ellos lo saben, pero no por ello cejan en su empeño, con la esperanza que llegue el momento en que cambien los tiempos, cambie la actitud del hombre, de los gobiernos, de esta sociedad, de la humanidad….

   Pienso que es una utopía.

   Mientras siguen taciturnos, con las miradas bajas, Supertruji me cuenta otra historia sobre una misión que realizaron en Colombia:

-         Recuerdo, Sophie, una ocasión en que tuve la oportunidad de hablar con un jefe de un cartel colombiano y decirle a la cara algunas cosas que nadie había sido capaz de decirle antes, la ocasión que dice Tarkus de tener en tus manos la oportunidad de oro y no desperdiciarla. Organizamos una operación…..¿Como se llamaba?

-         Operación nieve   -   Responde Tarkus.

-         Es verdad, por lo de la coca sería. Total, yo tenia que hacerme pasar por un capo de la mafia europea y llegar a un acuerdo con el jefe del cartel de los Monte. Se llamaba Alfredo Monte y dominaba todo el mercado destinado a Europa. Nuestra misión consistía en montar una reunión con este tipo y detenerlo allí mismo. Bueno, hubo que trabajar durante casi dos años en crear una organización ficticia con contactos con otros cárteles, como el de Medellín, que controlaba el mercado norteamericano del este vía Miami o el mejicano que controlaba el mercado occidental americano. Se crearon bases de datos para la INTERPOL, CIA, etc. Se sobornó a otras organizaciones dedicadas al narcotráfico, armas, etc. Un tinglado tremendo con la idea de pegar tal golpe que los demás se cagaran de miedo, muy currado y mucha gente detrás dejándose el pellejo para que al final culminase yo la obra. Cuando ya teníamos ganada la confianza de Alfredo Monte, acordamos vernos en un gran rancho que poseía cerca de la ciudad de Corinto y así conocernos y cerrar un acuerdo para controlar todo el tráfico de cocaína a Europa. Como es natural en este mundo del hampa, nadie de fía de nadie, por lo que acordamos que una comisión se presentaría en el lugar e inspeccionaría los preparativos, comprobando que cada uno llevase un séquito limitado en número y sin armas. Se mandó a miembros de la sección OMEGA. Yo llegaría en helicóptero acompañado de mi hombre de confianza que en este caso fue designado a Spekter y tres hombres mas, de la sección SOES, Warlord, Bravo y Fernando. Un día antes, Beckett acompañado de JB y Spider habían tomado posiciones en un monte cercano, a unos mil quinientos metros de la gran casa y equipados con fusiles Barret del calibre doce setenta. A unos quince kilómetros esperaría acontecimientos Tarkus con los DELTA y los SAA para asaltar la posición llegado su momento en dos helicópteros Black Hawk. Todos comunicados por radio, escuchaban lo que estaba ocurriendo gracias a un pequeño micro que yo llevaba escondido bajo mi camisa. Cuando llegamos al rancho hacía una calor del demonio; fuimos agasajados efusivamente, invitándonos a unas copas y tentempiés. El tal Alfredo Monte era a primera vista un hombre muy campechano y simpático; hablaba a voces y reía continuamente. Todo su séquito acataba rápidamente sus ordenes dándome la sensación de que todo aquello era una representación ante mi visita y que detrás de aquel tipo alegre y dicharachero se escondía un tirano. Me enseñó todas sus posesiones, "todo lo que la vista abarca es mío” decía, aparte de las tierras que rodeaban el rancho, conté varios deportivos y todo terrenos en las cocheras, varias docenas de pura sangres y un helicóptero. Al final del paseo nos sentamos en un gran salón sobre un magnífico sofá blanco y siguió explicándome todo lo que había amasado gracias al narcotráfico de coca, la influencia en el gobierno colombiano y los amigos que poseía en Estados Unidos. Se me estaban hinchando las narices de oírle, de faldar de poder gracias al sufrimiento de otros muchos. Me dice "¿sabes amigo?, nosotros podemos controlar todo el mercado occidental, con mis contactos y los tuyos nos haremos muy poderosos y los demás deberán postrarse ante nuestro poder, hermano, creo que tu eres un tipo sensato, un tipo listo como yo, ambicioso pero sensato, por eso te voy a ofrecer el cuarenta por ciento de las ganancias netas que nos dejen los mercados europeos, claro está esto solo al principio, si tu sigues ampliando el negocio podemos repartirnos todo el pastel al cincuenta para cada uno; y no solo de la coca, quiero empezar a traficar con armas y chicas, eso si que estará bien, un buen negocio, tengo un contacto en Ucrania que me puede mandar sin problemas un buen número de rubias guapas y sanas”. Esto del trafico de mujeres ya me sacó de quicio y le respondí: " ¿tienes hijos Alfredo?” y me respondió "pues claro, dos niñas y un chico, pero ¿a que viene esto ahora?. Entonces yo muy sereno le respondí " podías cambiar las chicas ucranianas por las tuyas, para empezar, haber como te sientes”. Él no pareció entender lo que le decía. " Oye chico, no sé lo que me quieres decir, pero no admito bromas con mi familia”, " pues lo mismo les pasa a las familias de esas chicas, que no soportan que jodidos puteros y traficantes como tu vivan como reyes a costa de gente inocente”, le dije y Alfredo comenzó a ponerse de color rojo fuerte y miró de reojo a su hombre de confianza, un tipo grande y feo que se encontraba junto a Spekter. " Escúchame bien, hijo de la gran chingada, nadie me ha dicho nunca una cosa así y no voy a consentirte ni de broma mas comentarios de ese tipo”, entonces tomé aire y muy tranquilamente le solté todo lo que llevaba encerrado dentro desde que leí su dossier hace ya unos años, " mira Alfredo, tu eres un gran hijo de puta, traficante y asesino que haces dinero gracias a muchos desgraciados que se matan poco a poco, eres una rata asquerosa y tu lo sabes, ¿o no lo has pensado nunca?, vives como un rey mientras tienes a tu pueblo explotado muriéndose de hambre, incluso tus perros fieles que están aquí te odian, solo por miedo a tu tiranía te obedecen, por poder vivir algo mejor que los paisanos del pueblo que hay aquí cerca te soportan y no te matan, ¿no es así?”, miré a aquellos matones que me miraban con cara de malos amigos y lo miraban a él esperando una orden. " Mira tío, no sé quien eres pero date por muerto, nadie me insulta así en mi casa y delante de mis hombres, pedazo de cabrón”. " Bién, vale, escúchame, soy alguien que está dispuesto a apretarte los huevos tanto que no seas capaz ni de respirar, he venido a detenerte y entregarte a la INTERPOL y no vas a matar a nadie ni tú ni tus hombres porque eres el centro del objetivo de un francotirador y basta con que me roces un pelo para que mueras”. "Eso es un farol, ja ja ja. Tengo hombres apostados en un radio de un kilómetro, estás solo a excepción de estos que te acompañan y están desarmados, eres un mierda, un loco que va a morir”. "¡Vale, vale!, mira”, sobre la mesa había una figura de cerámica que representaba la cabeza de un caballo bañada en oro, la desplacé unos centímetros para colocarla delante de él y dije en voz alta " ¡Beckett, el caballo es todo tuyo!”, dos segundos después se oyó quebrarse un cristal del ventanal y la figura de cerámica estalló en mil pedazos, llenando la habitación de polvo y fragmentos de cerámica. Todos se quedaron petrificados, mirándose unos a otros sin atreverse a moverse, yo con voz serena seguí apretándole las clavijas, "lo siento pero la cosa está así, tarde o temprano a todos los cerdos les llega su San Martín y tu no ibas a ser una excepción. Por mi, te eliminaría aquí mismo y te voy a ser sincero, le haría un favor a la humanidad, pero prefiero cumplir con mi palabra y ser honesto. Ahora te espera la cárcel, donde tendrás tiempo de pensar en lo perro que has sido y a cuanta gente le has hecho daño, de cuantas madres se van a alegrar de verte como te pudres en el trullo. Me voy a encargar personalmente de que todo lo que posees sea repartido entre tus paisanos para que sean felices gracias a ti”. A él se le aceleró la respiración, se agarró a los brazos del sillón apretando con fuerza hasta ponerse los nudillos blancos y se lo jugó todo a una carta, gritando "¡matadles!, ¡matad a estos cabrones ahora mismo!, ¡cortadles el cuello!”. El grandullón dio un paso hacia delante buscando acercarse a mi, pero Spekter fue mas rápido y le golpeó en la base de la nuca derribándolo y dejándolo sin sentido. Un segundo hombre acudió también hacia mi, pero Warlord lo derribó también lanzándole un gran cenicero de cristal que le acertó en plena cara. Un tercero sacó de debajo de su chaqueta un  revolver pero un segundo después saltó por los aires hacia atrás cayendo al suelo sobre un charco de sangre, habían hecho otro disparo. Fernando recogió el revolver y gritó al resto de hombres de Alfredo para que desistiesen de entrar en acción mientras se escuchaba de fondo el repiqueteo de los Black Hawk de Tarkus. Me senté a su lado y le dije "bueno picha, esto se ha acabado, no sabes como me alegro, he disfrutado un montón viéndote la cara que tienes, tengo hijos, ¿sabes?, igual que tú,  y cada vez que quito de circulación a una alimaña de tu calibre, me quito un peso de encima, por cierto, muy buenos los canapés, ¿los hacen aquí o son de un catering?”. El resto de la historia es pura táctica UTAR, los hombres de Beckett eliminaron a un buen número de sicarios; Isabel y sus hombres detuvieron a Alfredo y se lo llevaron, los SAA aseguraron el perímetro hasta la llegada de la policía y yo invité a Tarkus y a Súper López a una copa de buen vino de la bodega de este tipo, misión cumplida.

-         ¿A cuantos hemos quitado ya de circulación? – Pregunta Súper López.

-         Ya he perdido la cuenta  -  Le responde Tarkus.

-         Pero es como una plaga, eliminas a uno y salen dos, nunca se acaba.  – Contesta Supertruji.

   Se acerca Kiko con una servilleta sobre su antebrazo portando un plato de plástico con unos dados de tortilla de patatas y unas lonchas de queso, diciendo:

-         Gentileza de la casa, jefe.

-         ¿Y esto, de donde ha salido?  -  Responde Tarkus.

-         No sabes la de cosas que se encuentra uno en las mochilas de Chani y Dani, je je je.

   Todos reímos y saboreamos los canapés improvisados, a los que se le añaden galletas, barritas energéticas, chocolatinas y varios bricks de zumo. Kiko afirma que hay suministros para un par de días más. Espero que esto no dure tanto.

   Isabel me trae una manta térmica para que me resguarde de la humedad de aquella caverna, es todo atenciones conmigo, no sé como en una sola mujer se puede aglutinar tantos caracteres, delicada, simpática y a la vez arrojada y decidida. Su aspecto, siempre sonriendo contrasta con su cara pintada de verde y negro del mimetizaje.

 

   Llegan varios hombres, creo que son los hermanos de la SAA y se derrumban junto a Tarkus, agotados y sudorosos.

-         La cosa esta difícil, jefe.

-         ¿habéis visto la frontera Fusaca?.

-         Si, está a unos tres kilómetros de aquí, pero está muy vigilada, cerco electrificado, patrullas, focos, perros, etc.; imposible traspasar sin llamar la atención.

-         Joder…..   -   Tarkus se rasca el mentón mientras piensa, los demás guardan silencio a su alrededor. Al final se decide y dice:

-         Haber, vamos a desplegar el mapa e idear un plan para distraerlos un poco mientras salimos de aquí.

   Sobre una gran losa despliegan un plano y se acercan casi todos a verlo, Tarkus busca con el dedo algo sobre las líneas y cuchichea con Súper López algo que no llego a entender, después dice:

-         Bien, la frontera está descartada, demasiado jaleo se ha armado y estará bien vigilada, pero hemos de hacerles creer que vamos a cruzarla, así que el SAA se va a quedar aquí a recuperar el resuello y tu Warlord, prepara a los tuyos para armar mas jaleo, quiero que dé la sensación que queremos atravesar la frontera, ya sabes, volar los puestos, abrir una brecha en algún punto, etc. Habla con Orlak y que te explique como está la zona, no arriesguéis mas de lo necesario. Vamos a esperar unas horas haber si tenemos noticias de la sección DELTA y vuelven de su misión.

 

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