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Capitulo Decimo

10

                                                 Nos quedamos

 

 

   En unos minutos estamos sobre tierra firme, pero este lado es muy distinta de la que hemos dejado atrás; esto es puro desierto. Después de sobrevolar solo arena, veo unas instalaciones y un gran avión de carga. El helicóptero se acerca a una plataforma cercana a unos contenedores con aspecto de oficinas, como casitas pequeñas, y aterriza en el punto marcado también con humo rojo. Nada más tomar tierra todos saltan fuera y me ayudan a bajar.

   Junto al primer contenedor, que tiene una carpa adosada a la parte delantera, hay un hombre con barba, bajito y cargado de kilos, que cuando llegamos hasta él, Isabel le dice:

-         Hola coronel, esta es Sophie, la traemos sana y salva.

-         Gracias Isabel, espero que estéis todos bien. Hola Sophie, soy el coronel Kurtz, bienvenida a casa, pasa adentro, aquí hace mucho calor y este pájaro levanta una polvareda del demonio.

   El contenedor es en realidad una especie de vivienda confortable, con aseo, un office y una sala acogedora con dos sofás.

-         Sophie, tengo una grata sorpresa para ti, está aterrizando un jet, es el de tu padre.

-         ¿Mi padre?, ¿Dónde está?

-         Espera a que llegue aquí, relájate que ya estás a salvo, ya ha pasado todo, aséate un poco, aquí tienes el baño, tu padre tardará unos minutos en llegar.

   Paso al baño y me lavo la cara y las manos mientras hablo con Curtz.

-         ¿Cómo está él?

-         ¡Bien, muy bien! Ha seguido tu rescate desde la base de Turquía. Hemos tenido que montar esta base aquí, en Turkmenistán porque se alertó a la base aérea de Tabriz y era muy peligroso volar su espacio aéreo. Tu padre no ha querido esperar allí y se ha venido en cuanto ha sido informado de que te íbamos a sacar. Nos ha costado mucho conseguir que el gobierno turco cediera para utilizar la base de Vani para nuestra operación. Lógicamente no quiere provocar un conflicto diplomático con irán, pero hemos jugado con la baza de que todo este asunto se destapa, tenemos pruebas de que Al-Qaeda opera en suelo iraní, cosa que hasta ahora han negado categóricamente. Por otro lado, Berdimujamenov no sabe nada sobre la operación, ya que esta base es una supuesta prospección de gas natural realizada por una empresa canadiense que trabaja para el ministerio de energía del país.

-         ¿Usted también pertenece a UTAR?

-         No, yo comando otra unidad análoga a UTAR que se llama GOA. En algunas ocasiones, como esta, nos ayudamos, incluso hemos trabajado juntos en algunas misiones como en la península del Yucatán o en Irak.

-         Formáis como una comunidad o algo así.

-          Sí   -   Afirma mientras sonríe   -   Cada vez somos más los que nos lanzamos a la lucha directa contra el terrorismo.

   La puerta se abre y aparece mi padre con aspecto desesperado y muy demacrado, pero cuando me ve, cambia de expresión y me muestra una gran sonrisa, me abraza y las lágrimas comienzan a desbordar sus ojos. Yo también lloro, la emoción me invade. La alegría es inmensa ahora que mi padre está conmigo y que me siento liberada por fin de toda esta historia.

-         Mi pequeña Sophie, no llores, ya estás conmigo.

-         Papá…Gracias.

-         No, no me las des, no podría vivir sin ti, he luchado tanto, contra todo, contra todos solo por tenerte lo antes posible a mi lado. Estaba dispuesto a lo que fuese por saber que no te pasaría nada. He recibido amenazas constantes de tus secuestradores, de que te harían daño, de que…

-         Gracias papá, ya ha pasado todo, estoy bien, muy cansada pero bien, estos chicos me han sacado de allí de manera impecable.

-         Me lo prometieron, me dijeron que lo harían. La verdad es que yo no estaba muy seguro, tenía mucho miedo, pero era la única salida que encontré. Y creo que ha valido la pena.

   Nos sentamos en uno de los cómodos sofás y él me coge las manos y me mira sonriendo. Se le nota lo que ha sufrido, lo que ha luchado. Ha envejecido varios años en solo un mes.

-         La noche de tu secuestro desactivaron la alarma y entraron por la ventana de la escalera. Han envenenado a los dos perros, Tinny y Boby.

-         ¡Ay no! Que pena, mis perros…

-         Me golpearon en la cabeza y perdí el sentido durante unas horas. Cuando desperté la casa estaba llena de policías y me atendía un médico de urgencias. Entré en estado de shock cuando me comunicaron que no estabas y que habían encontrado una carta firmada por Al-Qaeda reivindicando tu secuestro y pidiendo un millón de euros y la liberación de varios líderes integristas presos. Me quedé paralizado, no podía pensar, no podía actuar. Estuve así varios días. El gobierno canadiense inició una serie de gestiones para recopilar información sobre el caso, pero no demostraban el interés que yo quería. El gobierno y la policía española, tras la primera investigación y el revuelo periodístico, pasó el testigo al gobierno canadiense. No había nada. Se supone que te sacaron de España en un yate, pero no hay pruebas ni datos. Intentaron contactar con los secuestradores pero no tenían ni teléfono ni dirección ni nada. Al final me dijeron que quizás en unas semanas o meses se pusieran en contacto conmigo para acordar el pago del rescate. No podía esperar tanto, no podía esperar ni un día más. Cada segundo se me clavaba como una saeta en el pecho al no saber qué te estaba pasando. Entonces un día llamó a la puerta Guillermo, el vigilante que hace las rondas en la urbanización, para preguntarme si habían noticias tuyas.

-         Si, es un chico muy simpático y divertido.

-         Pues estuvimos charlando un rato de la situación estancada en la que se encontraba todo y entonces él se quedó pensativo y dijo: "esto lo solucionaría la UTAR”; "¿Qué es la UTAR?” le pregunté, entonces me explicó: "es una unidad de rescate que opera de manera privada, yo los conozco pero no me pregunte mucho más porque no puedo darle más datos, son muy eficaces y como acepten una misión, siempre la cumplen.” Le pregunté: "Y es legal”, y él me contestó: "Bueno, andan justo entre la legalidad y la ilegalidad, aunque aún no han tenido problemas serios en este sentido.” Entonces le rogué que me pusiera en contacto con ellos y él me dijo que en breve recibiría una llamada de teléfono, pero me pidió encarecidamente que no le dijera nada de lo que me había contado a nadie: "Yo no le he contado a usted nada, yo no sé nada, ¿de acuerdo?”. Guardé silencio durante un minuto, suficiente para analizar la importancia del paso que iba a dar y le contesté: "De acuerdo, prometo no delatar la fuente”. Tres día después me llamó alguien diciéndome que era un vendedor de libros y que recibiría ese día uno que habías pedido tú y que se titulaba "Solucione sus problemas de forma rápida”. Al principio no me di cuenta de  que era una forma de contactar conmigo, pero mi curiosidad me llevó hasta el buzón y allí encontré el ejemplar al que había hecho alusión. Entré en casa y lo abrí. En la primera página había escrito a mano: "Para Sophie con amor 28-11-97”. Repase todas las páginas una por una varias veces y no encontré nada mas escrito. Estuve toda la tarde estudiando la fecha y comiéndome la cabeza sobre el significado de todo aquello y al final me puse a leer. El libro trataba de cómo resolver problemas cotidianos de tipo social o laboral, un puro aburrimiento. Me quedé dormido al alcanzar la página diez, sobre las tres de la mañana. Cuando me desperté ya había amanecido. Me preparé un café para desayunar y me senté con el libro abierto para seguir leyendo y de pronto me llamó la atención unas frases que habían a la mitad de la hoja, decía más o menos así.

 

                "operación sale a la luz pública, puede tener consecuencias

                 Graves para su reputación.  Si  aún  sigue  de  acuerdo con

                 Contratar nuestros servicios, debe usted de facilitarnos toda

                 La información que le pidamos y de guardar el máximo de”

 

-         Era un mensaje incompleto, porque no tenía nada que ver con el resto del libro. Lo escribí en una hoja junto con la dedicatoria y seguí leyendo hasta que llegué a la página veintiocho, donde encontré otro texto que decía:

 

                 "Si está interesado en contratar  con nosotros,  le informo

                   que no podemos asegurarle  el éxito de la  misión  y que

                   por el alto coste tanto humano como material,  el precio

                   será muy elevado. También debe tener en cuenta que si la”

 

-         Comprobé que esta era la primera parte del mensaje y al anotar la página me di cuenta de la relación. La fecha de la dedicatoria no era tal, sino las páginas donde se escondía el mensaje. Rápidamente pasé las hojas hasta la página noventa y siete, y allí encontré la tercera parte que decía:

 

                      "De discreción. Solo estarán al tanto de la operación

                        Usted y nosotros. Nada de policía, nada de consulado,

                        Nada de familia. Si le interesa, mándenos un mensaje

                        Al siguiente tfno.: 660.234.562. En un plazo no superior

                        a una semana. Pasado este plazo, el tfno. se destruirá”

 

-         Es evidente que son claros y discretos, sin duda. Les mandé el mensaje pidiéndoles encarecidamente que aceptaran la misión y a los tres días se presentaron en casa dos hombres vestidos de técnicos en telecomunicaciones a reparar la antena, que resultaron ser el Sr. Tarkus y el Sr. Supertruji. A partir de aquí la investigación que realizaron, no sé cómo les llevó a localizar el lugar donde te retenían y a tu deseado rescate.

-         Yo los conozco a los dos.

-         Ah, ¿Ya los conocías de antes?

-         No, los conocí el día que me liberaron, ellos están allí, con el resto del equipo de rescate.

-         No me fastidies, si pasan y mucho de los cuarenta. ¿Cómo se pueden embarcar en operaciones de esta envergadura?.

-         Si yo te contara las cosas que he aprendido de ellos en solo dos días…Mira, ese hombre es Doble J, él también pasa de los cuarenta y ahí lo tienes, hecho un jabato. Me contó una historia que te pondría los pelos de punta.

-         Dios, en que nos hemos metido…

-         Papá, has hecho lo correcto, lo mejor que podías haber hecho, puedes estar seguro.

   Se oye el sonido de helicópteros que se aproximan y poco después aterrizan muy cerca de donde estamos, donde aterrizó el que me trajo hace un rato.

   Desde una de las ventanas observo que bajan de las naves varios hombres, entre ellos Supertruji, que ayudan a bajar a varios heridos. La escena es dramática, van empapados de sangre y tierra, inertes. Los sanitarios se afanan en trabajar con materiales tales como gasas,  vendas y bolsas de suero. Reconozco a Migue y Charly entre los que ayudan y a Templario entre los heridos, está en el suelo, inconsciente, con la cabeza ensangrentada y chamuscada. Kiko y Alicuecano acuden para ayudar al médico. Hay otros dos heridos más y rápidamente se los llevan a otra caseta igual a la que yo me encuentro.

   Solo queda Supertruji junto al helicóptero, mirando la sangre derramada en el suelo. Su cara, desolada, está manchada de tizne y barro. Él también viene herido, se sujeta el brazo derecho con la mano izquierda y en su hombro hay sangre alrededor de un agujero en el uniforme.

-         Sophie, ya has sufrido bastante, volvamos a casa, tengo el jet preparado, aquí no podemos ayudar.

-         No papá, el jet es para ellos, deben ir a un hospital lo antes posible, están dando su vida por salvarme. Tu avión va a evacuar a los heridos.

-         Pero Sophie, no hay sitio para todos….

-         No, yo me quedo, ya volveremos en el avión grande, ahora lo primero es salvarles la vida.

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